PARQUE NACIONAL ORDESA-MONTE PERDIDO

Situado en pleno corazón del Pirineo fue el segundo Parque Nacional en declararse en la Península Ibérica, en 1918. 



Ya desde principios del S.XIX estas montañas eran visitadas por estudiosos, atraídos por la presencia de un macizo calcáreo ubicado en la zona central de una cadena montañosa.
Este macizo cautiva por la majestuosidad de su paisaje y su imponente relieve, un relieve modelado por el paso de los glaciares y por la erosión kárstica, fenómeno muy desarrollado en todo el territorio del Parque, que ha dado lugar a amplios lapiaces y abundantes dolinas, simas y sumideros de agua.
Desde el punto de vista botánico encontramos prácticamente todos los tipos de vegetación que, sobre sustrato calizo, tenemos en la cara sur del Pirineo central: desde los bosques mediterráneos y submediterráneos hasta los diversos y ricos pastos supraforestales, además de la vegetación de gleras (pedreras) y de alta montaña, con sus endemismos (especies únicas del Pirineo) que superan los 3.000 metros de altitud.
Y  qué decir de la fauna que la habita; desde las pequeñas aves y mamíferos que podemos encontrar en los bosques hasta las especias adaptadas a un ambiente duro como es el de la alta montaña (armiño, perdiz nival, treparriscos, sarrio, quebrantahuesos, etc).
Pero no nos olvidemos de los usos humanos, pieza clave para entender el paisaje, la vegetación, la flora y fauna actuales, pues sin duda la práctica de la ganadería es uno de los principales modeladores del paisaje actual, no sólo en el Parque Nacional, sino en todo el Pirineo.
Os animamos a conocer junto a nosotros un territorio con un enorme valor paisajístico, ecológico y geológico.